martes, 2 de septiembre de 2008

Las banderas de nuestros abuelos



Es de mi parecer, que cuando un país no hace más que mirar en su pasado, y hurgar la herida provocada por la guerra, no tan solo no avanza, sino que además hace más grande la herida y provoca que ésta no cicatrice.


Cuando de los Estados Unidos de América (U.S.A.) hay elecciones, se tiran los trastos a la cabeza, y le hacen la traveta al candidato de turno éste no ha tenido un comportamiento ejemplar en la Guerra del Vietnam. Supongo que con el paso de los años, al ser los candidatos más jóvenes ( y por ende imposible que participaran en ella) buscarán otros conflictos bélicos, como la Guerra del Golfo.


Como en España a lo último que hemos llegado a sido lo del islote Perejil, (Gibraltar español), miramos a la madre de todas las guerras, germen de lo que sería la Segunda Guerra Mundial (foto del Duce, Hitler y don Paco aparte), sí, hablo de la Guerra Civil española. Hermanos frente a frente, luchando a muerte por un ideal. Muy peliculero, la realidad fue otra según el bando donde nos posicionemos.


Por un lado están las huestes victoriosas del Caudillo, adalid y guardián del cristianismo, que lucharon contra los rojos. Se alzaron en busca de recuperar el santo grial de una España fuerte, grande y libre. Así lo quisieron demostrar con las películas que se rodaron bajo el mandato de Franco, que aportó paz a la piel de toro.


Por el otro lado los campesinos y obreros de la españa republicana, que fueron expulsados del gobierno democrático tras el alzamiento nacional. Millares fueron los que cruzaron las fronteras de España huyendo de la guerra, de la pobreza y de la inquisición de sus vecinos, que los condenaban a lapidación.


Ahora nos cuentan, y no voy a negarlo, que durante y tras la Guerra Civil, muchos fueron los que perecieron en las cunetas de los caminos, frente a los pelotones de ejecución, en juicios sin defensa alguna, condenados a cadena perpétua, a trabajos forzados...


y solo parece, últimamente, que haya habido muertos en unos de las facciones, olvidando las que éstos causaron.


40 años después de la guerra civil y 30 desde la democracia no han servido para cerrar heridas, seguimos queriendo mantener abierta la herida.


Aquí dejo una bandera que se hubiese podido emplear, juntando al republicana y la franquista

y del himno, nada de letra, que con lo que nos gusta a los españoles lo de tararear un himno sin letra, y de paso no pasa nada si nos sale un gallo, eah!
chunda, chunda, tachunda chunda chunda ta ta chun.....


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