martes, 3 de enero de 2012

Editorial Es Pont nº 226



No podemos negar que éste ha sido un verano caliente, un verano en la que en nuestra Comunidad se ham producido cambios, por un lado despedimos y le dimos las gracias a Bartomeu Tauler, que en los últimos tres años ha sido rector de Corpus Christi. Con él empezó un nuevo proyecto, la “Unidad Pastoral”, conjuntamente con la comunidad de San José Obrero.
Ahora nuestras comunidades disponen de un nuevo rector, D. Pere Oliver, natural de Deià, y que se ha incorporado con mucha ilusión.
Dentro del templo también se han producido cambios, el Cristo Resucitado ha cambiado de ubicación, de estar en un lateral ha pasado a presidir el altar, abandonando la cruz. Otra cruz ocupa ahora su lugar, un retablo de grandes dimensiones que ha sido donado en depósito, si os fijais bién, vereis el sol y la luna; las ramas y las raíces que simbolizan la comunidad, etc...
Pero este verano ha sido marcado por la violencia tras la muerte violenta de un ciudadano nigeriano que vivía en Son Gotleu. Tras su muerte vivimos jornadas de violencia, gente arremetiendo contra el mobiliario urbano, contra los vehículos estacionados, contra la gente que se encontraban a su paso... en busca de una supuesta justicia que reclamaban.
Más allá de los juicios hechos o de lo que podamos haber oído, tenemos que mantenernos serenos y ser portadores de una reflexión, de una manera de actuar, toda ella basada en las enseñanzas de Jesús y guiadas siempre en los valores cristianos.
Es fameliar