jueves, 1 de abril de 2010

“Lo que está pasando”

En estos tiemclip_image002pos inciertos en el que vivir es un arte”, como decía la canción de aquel grupo con nombre de marca de tabaco, surgen otras voces en el desierto de la vida y del mundo que nos recuerdan la fuerza viva del amor, de la Palabra, de la justicia… así fue como la voz de Monseñor Óscar Romero proclamó en su tiempo la verdad, la denuncia de la mentira y la crueldad institucionalizada, los asesinatos gratuitos de miles de salvadoreños “asesinados por los enemigos del pueblo”. Y su voz sonó rotunda, atronadora, incómoda, tras un proceso de “conversión” personal, de convicción, de doloroso discernimiento tras constatar los hechos y las situaciones de pecado que sufrían los hombres y mujeres de su tiempo. Su dolor y padecimiento no le fueron ajenos, todo lo contrario, se comprometió por su causa, se encarnó, tomó partido, tanto y tan intensamente que su mensaje de promoción y de defensa de los derechos humanos, le costaron su vida. Ya han pasado treinta años desde entonces y en estos días algunos de nosotros celebramos su aniversario, conmovidos por su “pasión”, por su opción preferencial. Monseñor Romero que estás en los cielos… Samaria.

El Confesionario (Es Pont)

Un grupo de monitores del Grupo de Amigos de Jesús, se fueron de retiro a Santa Llucia (Mancor del Vall), los días 6, 7 y 8 de Marzo. El encuentro estaba dirigido por. Mons. Sebastià Taltavull Anglada, Obispo auxiliar de la Archidiócesis de Barcelona, y la finalidad del cursillo era la de descubrir la presencia del Espíritu Santo. Desde “Es Pont” nos ha parecido muy interesante que una representación de ellos, nos contarán su experiencia durante estos días.

-¿Cómo definiríais esta experiencia?

Miriam: Diferente. Un poco de reencuentro mío con la Biblia. Y he podido encontrar ese momento de silencio.

Mario: Por una parte motivadora. A buscar nuevos textos bíblicos, para poder reflexionar sobre ellos,

Cristina: Me encontré. Afronté pensamientos que me están pasando y ....¿Qué puedo hacer Yo?

Carmen: Fueron tres días para relajarme y encontrarme conmigo. Encontrarme con la naturaleza, y salir de la rutina de cada día. Experiencia muy relajante

-¿Se han cumplido vuestras expectativas?

-Cristina: No tenía ninguna perspectiva. No sabíamos a qué íbamos. Íbamos abiertos a todo lo que nos dieran.

-Mario: Íbamos a ver lo que nos dieran. No tener que preparar ninguna actividad, y tener las actividades preparadas era muy tranquilizante. Iba a disfrutar de todo lo que nos dieran.

-Miriam: Fui sin nada y vine con mucho. A parte del momento del silencio, también valoré lo que cada uno me aportaba, y de la manera que cada uno hablaba. Sobretodo valoro lo que cada uno me contribuyó.

Carmen: Fui con los brazos abiertos, y lo que nos dieran sería bueno. Iba a relajarme. A desconectar. Encontrarme con gente igual que yo. Nos ayudó a todos a ver el paisaje y reflexionar. Desde allí arriba podíamos ver la vida y a la gente del pueblo.

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¿Os han ayudado para algo estos tres días?

-Carmen: Me ha ayudado para encontrar la Biblia. La tenía en una estantería. Todavía no la he guardado. La llevo ahora conmigo.

-Miriam: Me ha ayudado para reflexionar. Una Biblia usada, es una Biblia que le has sacado provecho. Y a partir de la reflexión me di cuenta que mi Biblia ha empezado a tener vidilla.

-Mario: Me ha ayudado a centrarme. Antes iba muy a lo loco. Me ha servido para organizarme lo que es mi vida, a priorizar mis cosas.

-Cristina: Sí que me han servido estos días. Una cosa que me propuse es a vivir el momento. Vivir cada momento a tope. Y estas semanas últimas las he vivido a tope. Muchas veces he roto muchos planes, y quiero vivir cada momento.

-¿Repetiréis otra experiencia parecida?

-Mario: Claro que sí. Porque me ha servido de mucho. Y también muy importante por la persona que impartió el curso.

-Cristina: Sí, Es un momento que puedo encontrar la tranquilidad, y encontrarme conmigo misma.

-Carmen: Sí. Conseguí lo que quería. Encontrarme con la naturaleza, y con gente muy buena. Encontré todo muy bueno. La comida y la camarera también muy bien.

-Miriam: Sí. Fui sin nada y he vuelto con mucho. Todo genial. Pero tendría que haber en otros momentos de vida mas situaciones de silencio.

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A. Gil (Piolín)

Editorial Es Pont 214

La muerte no es el final. Alégrate, ha resucitado.

De todos es sabido que la forma en la que los primeros cristianos eran reconocidos, era por dibujar un símbolo, el pez. Hoy día, el símbolo por el que la mayoría de la gente representa al cristiano es precisamente una cruz, lugar donde encontró la muerte el hijo de Dios. El motivo de que las primeras comunidades cristianas omitieran la cruz como referencia, era debido a que no podían identificarse con un símbolo que significase la muerte del hijo de Dios.

Pero nos hemos quedado con la cruz, en cualquiera de sus variantes, incluidas algunas con marca (debido a la inscripción INRI, abreviatura de IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM, la cual se traduce como: "Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos".), pero es el propio Jesús, camino de Emaús, el que nos recuerda lo que ya había ido predicando por la tierra de Israel, la resurrección después de la muerte y les incita a sus discípulos a no tener miedo, a revestirse del Espíritu Santo para construir el reino de los cielos en la tierra.

Tras la muerte de Jesús, quedan atrás los días de explicar a la gente mediante parábolas, la construcción de un nuevo mundo. Ahora, solos, sin el maestro toca ponerse manos a la obra y recordar todas sus enseñanzas y ponerlas en práctica.

Una vida nueva empieza tras la muerte de Jesús, tenemos que ponernos en marcha, sin miedo, porque como los discípulos nos tenemos que sentir acompañados por Dios.

Alégrate, Cristo ha resucitado. Resucita tú también con él

La Pascua judía:

La mayoría de quienes asistimos todos los años a la liturgia del Jueves Santo relacionamos esta celebración con la última cena de Jesús. En ella escuchamos, con más o menos atención, el texto de la salida de Egipto (Éx 12,1-14) y de como Yavé dijo a Moisés y Aaron el modo en que debían celebrar año tras año este hito que los constituyó como pueblo : la cintura ceñida, las sandalias puestas, un bastón en la mano y a toda prisa comerán panes sin levadura, hierbas amargas y un cordero sin mancha.

Jesús, como hombre de su tiempo, celebró en muchas ocasiones el Pésaj (paso de la esclavitud a la libertad).

La celebración duraba siete días. Se reunían familias naturales o artificiales, no pudiendo ser grupos formados exclusivamente por mujeres, niños o esclavos.

Los preparativos eran tan importantes como la cena. Se celebra en la noche del 13 al 14 del Nisán (el calendario es variable ya que se guían por el calendario lunar). La víspera por la tarde tenía lugar el sacrifico del cordero y acudían al templo donde los sacerdotes recogían en copas de oro y plata la sangre para derramarla al pie del altar. Desde unos días antes no puede quedar nada de levadura en la casa. El padre busca cualquier resto que pueda quedar utilizando unas herramientas tradicionales (una pluma, un cuchillo y una bolsa.) Una vez que la levadura, símbolo de pecado (1 Cor. 5:6-8), se ha sacado de la casa, la familia se sienta alrededor de la mesa y ceremonialmente se lavan las manos con una palangana y una toalla.

Después de todo esto empieza propiamente la cena tradicional o “Séder”. Aunque ya en tiempos de Jesús posiblemente se pareciera más a los banquetes griegos o romanos recostándose entre almohadones alrededor de una mesa, a fin de darle a la cena un carácter solemne y sentido de libertad.

La mujer de la casa dice una bendición y enciende las velas. El padre prepara la primera copa y pronuncia una serie de alabanzas dirigidas a Dios: “Bendito seas tú, Adonai, nuestro Dios, Rey del universo, quien creó el fruto de la vid”

Se tomaban entonces las hierbas , que es símbolo de vida, sumergido en agua salada, un símbolo de lágrimas y se toma con una mezcla de manzanas, nueces picadas, miel, canela… Es una mezcla dulce, marrón y pastosa símbolo del cemento que usaron para construir los ladrillos de Egipto. La pedagogía es muy clara: aún en la más amarga de las tareas puede ser dulce cuando se acerca la redención. Se trae el plato principal y sirve la segunda copa. ( que recuerda las diez plagas y el sufrimiento de los egipcios cuando endurecieron sus corazones a Dios)

La “Hagadá” significa “contar la historia”. El relato es la respuesta a cuatro preguntas que hacen los niños de la familia. Una de ellas es “¿por qué esta noche es diferente de todas las otras noches?” El padre les cuenta el éxodo insistiendo en el sentido del cordero (la misericordia de Dios), las hierbas amargas (la esclavitud) y los panes ázimos (la liberación). Se recitan los salmos 113-114 y se bebía la segunda copa. Empieza el banquete y se bendice el pan ázimo: durante la cena se hace la bendición:” Bendito seas tú, Adonai, nuestro Dios, Rey del universo, que haces salir el pan de la tierra”. Los comensales responden “amén” y se reparte el pan. El padre es el primero en comer y comienza el banquete que termina con la acción de gracias por la tercera copa y se cantan los salmos 115-118 y se pronuncia la bendición sobre la cuarta copa.

La última indicación de la Misná invita al espíritu de la fiesta:

“cada cual está obligado a considerarse como si él mismo hubiera salido de Egipto…Por eso debemos darle gracias, alabanzas, bendición, gloria, homenaje, veneración y adoración a Él, que hizo por nosotros y por nuestros padres maravillas, que nos condujo de la esclavitud a la libertad, de la pena a la alegría, de la aflicción al júbilo, de las tinieblas a la gran luz y de la servidumbre a la redención. Cantemos ante Él: ¡Aleluya!”

No me cuesta imaginar a Jesús celebrando cada año la Pascua Judía, como no me cuesta ver en nuestra Eucaristía o en el Jueves Santo, la herencia de los rituales con los que Él creció y que revistió de nuevo sentido, nuevo cordero, como Nueva Alianza ¡Aleluya!

Conxa Peralta

Editorial Es Pont 212

Más allá de lo meramente tradicional, Jesús nos invita a realizar una travesía por nuestras vidas, para impregnarnos por el espíritu de conversión, de ser capaces de reconocer nuestros actos y poner en medio de nuestras vidas un momento de reconciliación con nuestro pasado y nuestro presente para construir un futuro en el cual Dios está en el centro de nuestras vidas.

Basta un pequeño alto en nuestro quehacer diario, da igual cuando, lo importante es encontrar ese hueco para meditar y ver de qué manera Dios se ha manifestado en nuestras vidas, muchas veces imperceptible a simple vista. Una vez que lo hemos hallado, después de reflexionar sobre lo acontecido, llega la hora de entablar con Dios una conversación personal, fruto de lo experimentado al encontrarlo en nuestras vidas y ser capaces de trasmitirle nuestras necesidades, bien sea pidiendo perdón por nuestros errores o como acción de gracias.

Muchas veces nos dejamos llevar por el ajetreado ritmo de vida, pero si hemos sabido llegar a ese punto de oración, podemos decir que estamos siguiendo los pasos de Jesús.

Cuantas veces no hemos leído los momentos en los que Jesús, apartándose de los demás entabla conversación con Dios.

Somos proclives a hacer las cosas porque siempre se han hecho así, sin recordar el significado original de ese acto. Estamos en un tiempo para recordar el porqué de las cosas. Jesús nos invita a realizarlo viviendo en primera persona su significado, que seamos conscientes de que nuestras vidas giran en torno a una relación entre Dios y las personas.

Editorial Es Pont 212

Enero es un mes que viene cargado de simbolismos, junto con Diciembre, y que la cultura y la tradición popular se hicieron cargo de transmitir generación a generación.

Ritos como el del fuego y la luz en los ocasos de dichos meses nos hacen ver en la necesidad de aquellas gentes de salir de las tinieblas que reinaban en el crudo invierno, incluso el nacimiento de Jesús está situado bajo esa premisa.

Aún salen humo de los foguerons donde nos hemos deleitado al calor de la lumbre de aquellos productos típicos de las matanzas, como las longanizas y los butifarrones, y hemos danzado al son de rimbombes, xeremies y fabiols entorno al fuego junto a los típicos dimonis, que con sus barrabasadas intentaban asustarnos y amedrentar al pobre San Antonio, patrón de los animales.

Un acto marcará la vida de nuestra comunidad este mes de Febrero, la visita Pastoral del Obispo de la Diócesis de Mallorca, Don Jesús Murgui.

Dicha visita tiene como fin conocer las realidades que se citan en las diferentes comunidades de la Iglesia de Mallorca, y para dar a conocer el Plan de Pastoral. Es necesario que esto sea así, para que conociendo las realidades de nuestras comunidades de primera mano, se les pueda dar una respuesta más directa de las diversas necesidades de nuestra Iglesia.

Saber como se viene desarrollando la Unidad Pastoral junto a la comunidad de San José Obrero, la necesidad de los diferentes grupos que componen Corpus Christi y ver in situ y palpar quienes forman la barriada de Son Gotleu.

Una vez más, aprovecho para solicitaros ayuda para con los más desfavorecidos de nuestra barriada, y si podéis aportar alimentos para cáritas parroquial serán bien recibidos, pues cada día hay más gente necesitada.