lunes, 11 de octubre de 2010

El sonido del silencio

Mediodía en el santuario de Lluc, en esta jornada de domingo estival hacen su aparición varios autocares cargados de turistas de diversa nacionalidad, los cuales recorren aborregados las distintas estancias y se detienen, es un decir, en el camerin de la Mare de Déu de Lluc. Sentados en los bancos gentes de diversa índole, el murmullo de los turistas, el graznar de la guía explicando la composición de la estancia, el crujir de las maderas, el zumbido de los flashes de las cámaras… definitivamente, la Montaña Sagrada de Mallorca no es un buen lugar para mantener un diálogo con Dios, al menos hoy.

Sábado vespertino, llego con tiempo de sobras a la misa, se oye el repiqueteo del Santo Rosario, esa letanía suena hoy más fuerte. Se acerca la hora, el murmullo se acrecienta, luego, mis pensamientos me alejan de este mundo. Al acabar tampoco, Dios se fue a otra parte.

clip_image002Como aquellos niños a los que se les inculcaba el rezar sus oraciones antes de irse a dormir, me dispongo ya a medianoche a hablar con Dios, en la comodidad que me otorga el lecho. Pero resulta que es imposible que Dios me escuche ni conciliar el sueño, aún a esas horas, hay niños que corretean por las oscuras calles, conversaciones de adultos amplificadas por el manto de la noche, músicas no celestiales de coches a toda pastilla y televisores cacofónicos con estridentes anuncios, impiden nuestra conversación.

Hay veces que se hace harto complicado, pero no por ello debemos desistir de tener ese momento intimo que es la oración, diálogo con Dios, peticiones, acciones de gracias… que importante que se creen espacios donde poder comunicarnos, que imprescindible es en esos momentos el silencio, algo a lo que parece que con el tiempo no nos encontramos a gusto, Silencio interior, y exterior. Es la mejor manera de comunicarse con Dios.

Y es que Dios nos habla en susurros,…, de ahí la importancia del silencio, para poder captar lo que nos dice.

Shhhh! Que voy a hablar con Dios.

Don X.