jueves, 1 de abril de 2010

Editorial Es Pont 212

Más allá de lo meramente tradicional, Jesús nos invita a realizar una travesía por nuestras vidas, para impregnarnos por el espíritu de conversión, de ser capaces de reconocer nuestros actos y poner en medio de nuestras vidas un momento de reconciliación con nuestro pasado y nuestro presente para construir un futuro en el cual Dios está en el centro de nuestras vidas.

Basta un pequeño alto en nuestro quehacer diario, da igual cuando, lo importante es encontrar ese hueco para meditar y ver de qué manera Dios se ha manifestado en nuestras vidas, muchas veces imperceptible a simple vista. Una vez que lo hemos hallado, después de reflexionar sobre lo acontecido, llega la hora de entablar con Dios una conversación personal, fruto de lo experimentado al encontrarlo en nuestras vidas y ser capaces de trasmitirle nuestras necesidades, bien sea pidiendo perdón por nuestros errores o como acción de gracias.

Muchas veces nos dejamos llevar por el ajetreado ritmo de vida, pero si hemos sabido llegar a ese punto de oración, podemos decir que estamos siguiendo los pasos de Jesús.

Cuantas veces no hemos leído los momentos en los que Jesús, apartándose de los demás entabla conversación con Dios.

Somos proclives a hacer las cosas porque siempre se han hecho así, sin recordar el significado original de ese acto. Estamos en un tiempo para recordar el porqué de las cosas. Jesús nos invita a realizarlo viviendo en primera persona su significado, que seamos conscientes de que nuestras vidas giran en torno a una relación entre Dios y las personas.

No hay comentarios: