viernes, 25 de julio de 2008

La Lengua a la carta

Me gusta el verano, coger el coche y buscar alguna de las playas de mi Mallorca.
Normalmente, puedo ir por la mañana, más bien temprano, y dirigirme por ejemplo a Cala d'Or para regresar a comer a mi casa, y por la tarde, me voy a otra playa. No me suelo quedar a comer en la playa, salvo que así lo haya decidido de antemano, y por norma general llevo la comida desde casa, raras veces suelo comer en algún restaurante/chiringuito del lugar donde me encuentre.
Pero el fin de semana pasado, varié y me fui a Cala Millor, estuve todo el día por allí. Dos horitas por la mañana en el agua, un paseíto por primera linea para ver si encontraba un restaurante que me llamara la atención y ya de regreso encontré uno que decididamente lo hizo. Me paré a leer la carta, vi los precios y una vez decido lo que quiero comer entro en el restaurante. Es un restaurante tex-mex, muy bonito, me instalo en una mesa de la sala donde puedo observar todo lo que pasa en el paseo marítimo. de nuevo hojeo la carta, escrita en varios idiomas. Viene el camarero, le pido lo que quiero comer a base de señalarle en la carta lo que quiero comer. Un pero, la comunicación se hace a dedo, no porque me diera vergüenza hablar, me entrara algo en la boca o cualquier incidente que se te pueda ocurrir, sino que el camarero no hablaba ni papa de castellano. No os penséis siquiera que el pobre hablara únicamente catalán, no fotis, que ja li hauria fet sa comanda tranquil·lament, supongo que el chaval debía dominar el inglés y si me pones en un aprieto diría que también el alemán.
En esto que entra otro cliente acompañado de una mujer y le dice que le realice el pedido a la única camarera del local, y pongo mi atención en la camarera pensando que hablaría en castellano, pero ni por esas. Ningún camarero hablaba en cristiano ni en bon cristià.
Ahora a quién reclamo yo para que los políticos no se empecinen en que los comerciantes pongan los carteles y los menús en castellano/catalán, sino que además los empleados hablen alguno de estos idiomas.
Yo puedo querer pedir una tortilla francesa, que ni es francesa ni voy a hablar con ella, pero quiero decirle al camarero lo que deseo tomar o que éste me pueda recomendar un plato.

No hablo ni inglés ni alemán, y a estas alturas no creo que cambie, y aunque supiera no lo hablaría, mucho menos en mi casa.

A pesar de esto, he de reconocer que tanto el trato como la comida fueron buenos.

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