lunes, 25 de abril de 2011

Editorial Es Pont nº 222

Alguna vez ya hemos comentado la situación de la mujer en la Iglesia, labor por cierto que muchas veces pasa inadvertida.

Y es que por norma, cuando se habla del papel de la mujer en la Iglesia, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de la monja, mujer dedicada a la vida religiosa si, pero que por decirlo en modo como si se tratase de una empresa, pocos son los niveles de promoción, ya que no la veremos en los altos cargos de poder dentro de la Iglesia.

No debemos olvidarnos de esas mujeres que por vocación y sin estar dentro de la Iglesia, atienden a los más necesitados en las misiones, o aquí en Cáritas, y sobretodo, en esa labor nunca agradecida de la limpieza y cuidado de los templos. Cuántas mujeres han compartido horas de sus vidas con personas necesitadas o enfermas, haciéndoles llegar el testimonio vivo del Evangelio.

El papel de la mujer siempre ha quedado relegado a un segundo plano, pero en cuantas citas de los Evangelios no aparece una mujer, tanto en situaciones delicadas (que poco cuesta señalar al más débil) y en otras importantes (¿quiénes fueron las primeras en ir al sepulcro?, ¿quienes acompañaban a Jesús?, incluso su madre, por decirlo de alguna manera, es su fan más incondicional.

Las mujeres, a pesar de aparentemente estar en segundo plano, tuvieron y tienen un papel significativo a la hora de transmitir el Evangelioclip_image002

Es fameliar

No hay comentarios: