jueves, 31 de diciembre de 2009

Editorial Es Pont 210

Ansiamos la llegada del Mesías libertador de la opresión que sufre el pueblo, esta sería la adaptación a los tiempos modernos y convulsos de nuestra sociedad. La incertidumbre provocada por la realidad económica del mundo, cebada como siempre en los escalones más bajos de ese triángulo que forman las distintas clases/estamentos de una sociedad de consumo, hace creer en la imperiosa necesidad de que la coyuntura económica volverá a ser positiva, no tenderemos miedo a perder nuestros puestos de trabajo o, a conseguir un empleo; aunque como casi siempre volveremos a caer en los esquemas del pasado, pero mientras haya pan que llevarnos a la boca, podremos decir que nos va bien.

Ansían encontrar un momento de paz aquellas personas, que por alguna causa les ha sido arrebatada, incluso son esclavos de una sociedad que ha sido educada en cánones trasnochados y que siguen siendo aún referentes para mucha gente; y necesitan de la ayuda de una mano amiga que les atienda y mitigue su desdicha, de sentirse escuchados y acompañados por aquellos que les son más cercanos.

Aprovechemos este tiempo de preparación que es el Adviento, para sensibilizarnos con las necesidades de aquellos que nos rodean, a tener los ojos bien abiertos para ver quien necesita de nuestra ayuda, a tener los oídos dispuestos a escuchar las peticiones, y ser portadores de la luz de esperanza de Dios en los corazones de los hombres, sean cuales sean las necesidades o condiciones del prójimo

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